Como bien lo sabía Dalí: los bigotes son un atributo fascinante. En algunos mamíferos dicho atributo es mucho más interesante que en los humanos. Los roedores, como la rata y el ratón, tienen la habilidad de controlar cada uno de sus bigotes (también llamados vibrisas) por separado y pueden moverlos hacia delante y hacia atrás a placer. Esta conducta, que podemos llamarla “bigoteo” (whisking) puede repetirse varias veces por segundo. Las ratas y los ratones pueden hacerlo a frecuencias altísimas (por arriba de los 20 Hz).
Se ha visto que en los roedores los bigotes funcionan como órganos táctiles especializados ya que pueden moverlos de forma independiente de lado a lado logrando que, por ejemplo, la dirección de los bigotes corresponda con la dirección de movimiento del roedor en cuestión. También, cuando exploran un objeto o zona desconocida pueden controlar el movimiento de sus bigotes de manera que el contacto se logre mediante un toque muy suave. A pesar de que los bigotes movibles están presentes en varias especies de mamíferos no es claro si el bigoteo controlado está presente o no en otras especies. Muchos carnívoros -principalmente los acuáticos, semiacuáticos y nocturnos- tienen largos bigotes, pero no parecen dominar el bigoteo controlado, lo cual sugiere que dicha conducta podría no ser indispensable para la captura de presas. Algunos estudios sugieren que el bigoteo controlado podría estar presente en los marsupiales, lo cual sugiere que dicha conducta podría ya haber estado presente en el ancestro común de los mamíferos marsupiales y los placentarios. Sin embargo, no había hasta hace poco ningún estudio que demostrara que el bigoteo activo y controlado estuviera presente en los marsupiales. Para salir de dudas, un equipo liderado por Tony Prescott de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, decidió comparar el bigoteo en dos especies de roedores (Mus musculus y Rattus norvegicus) y un marsupial (Monodelphis domestica). Para ello analizaron videos de la conducta de dichos animalillos utilizando el BIOTACT Whisker Tracking Tool. Dicha herramienta que involucra la toma de video les permitió rastrear de forma automatizada y detallada el movimiento de las vibrisas. Según sus resultados, el marsupial estudiado y muy probablemente otras especies de marsupiales, son capaces de un bigoteo controlado.
Lo anterior es interesante no solo porque nos hablaría de la presencia de dicho tipo de bigoteo desde los tiempos remotos y ancestrales de los mamíferos, si no porque los marsupiales podrían ser capaces del bigoteo controlado aun sin contar con las estructuras cerebrales que parecen facilitar dicha conducta en los roedores. Se ha sugerido que el cuerpo calloso –del que carece Monodelphis domestica- participa de manera importante en el bigoteo en los roedores. Por lo tanto, son deseables más estudios sobre la anatomía y neurofisiología del bigoteo en los marsupiales, para que podamos saber más acerca de la forma en que los mamíferos primitivos utilizan y han utilizado sus vibrisas para explorar el mundo, así como la forma en que dicha conducta contribuyó al éxito de los primeros mamíferos. A manera de chisme de despedida, cabe mencionar que todos los mamíferos -tanto marsupiales como placentarios- tienen pelos táctiles en algún momento de sus vidas, excepto los humanos. Sin embargo, recientemente se encontraron músculos vestigiales de vibrisas en los labios superiores humanos. Dalí hubiera estado encantado de saberlo. Artículo de referencia: |
Mitchinson, B., Grant, R., Arkley, K., Rankov, V., Perkon, I., & Prescott, T. (2011). Active vibrissal sensing in rodents and marsupials Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 366 (1581), 3037-3048 DOI: 10.1098/rstb.2011.0156