Ingredientes: Pétalos de flor de izote Cebolla en gajos finos Huevos
Coma al gusto con pan, tortillas, tostadas y hasta con un poquito de crema fresca y queso. Fotografías de Guillermina. |
domingo, 29 de mayo de 2011
Omelet de flor de izote con garam masala
miércoles, 25 de mayo de 2011
Cafeterías con ojos: laboratorios para estudiar la cooperación humana
Aunque a veces no lo parezca en el tráfico del medio día, las sociedades humanas se caracterizan por altos niveles de cooperación. A pesar de eso, los intercambios cooperativos no siempre son simétricos. Los eventos de cooperación en los que el beneficiario del acto cooperativo tiene pocas posibilidades de corresponder son casos interesantes desde el punto de vista teórico. Si todos recibiéramos beneficios de los cooperadores sin pagar los costos de la cooperación, la selección natural debería o podría actuar en contra. Es decir, en una sociedad de abusadores los cooperadores irían desapareciendo poco a poco. Sin embargo, se han propuesto algunas soluciones que explicarían la permanencia de la cooperación aun cuando la reciprocidad no ocurra. Dichas soluciones sugieren que los no cooperadores podrían pagar el costo de no cooperar en la forma de (mala) reputación, castigo o ambos. En los modelos basados en la reputación aquellos individuos que no cooperan cuando tienen la oportunidad de hacerlo se hacen de mala reputación y, en consecuencia, pueden no ser considerados como compañeros potenciales en situaciones futuras en las que la cooperación fuera necesaria. En los modelos que consideran al castigo aquellos individuos que han recibido beneficios y no han correspondido un acto cooperativo son “castigados” por otros miembros del grupo. Por lo tanto, el temor de ser castigados –en la forma que ocurra- puede ser un aliciente para la cooperación y la reciprocidad. En ambos casos existe evidencia empírica que sugiere que tanto la reputación como el castigo son elementos importantes en los intercambios cooperativos humanos. Sin embargo, preocuparse de la reputación o del castigo únicamente tienen sentido cuando alguien más sabe que no cooperamos. Es decir, si nadie nos miró ni se dio cuenta cuando no cooperamos entonces el riesgo de tener mala reputación o de ser castigado desaparece. En ese sentido la presencia de un par de ojos es sin duda un elemento indicador mínimo de haber sido observados. En un estudio llevado a cabo hace algunos años por Melissa Bateson, Daniel Nettle y Gilbert Roberts de la Universidad de Newcastle, Reino Unido, los autores hicieron un experimento utilizando ya fueran imágenes de flores o de ojos (un par de ellos) junto a una cajita donde los ocupantes de un edificio universitario debían depositar su contribución para el café. En ese estudio, los autores encontraron que la contribución monetaria de los donatarios era tres veces mayor cuando había una imagen de ojos comparado con los días en los que la imagen era floral. Estos resultados sugerían que un par de ojos podían influir de forma importante en la conducta cooperativa de los individuos en un contexto real. Sin embargo, existían algunas explicaciones alternativas: 1) pudiera ser que los ojos simplemente atrajeran con más fuerza la atención hacia la cajita y 2) si la sospecha de ser observado es un estímulo importante para facilitar la cooperación entonces este estímulo tendría que funcionar aun cuando no estuviera asociado con instrucciones verbales para cooperar (como era el caso en el mencionado estudio). Por lo tanto, era necesario demostrar que los ojos pueden ser, efectivamente, un estímulo para cooperar aun cuando su presencia no esté directamente asociada a instrucciones verbales para hacerlo.
Para poner a prueba lo anterior, Max Ernest-Jones, Daniel Nettle y Melissa Bateson idearon un experimento en una cafetería de la Universidad de Newcastle donde durante 32 días colocaron imágenes de ojos y flores (como en el experimento anterior). Las imágenes de ojos y/o flores estaban asociadas a mensajes relacionados o no con la conducta que se midió. Es decir, podían decir “Por favor coloca tu charola en el estante correspondiente cuando hayas terminado tu comida” o bien “Favor de consumir únicamente los alimentos y bebidas adquiridos en este establecimiento”. Cada combinación de fotografía y mensaje fue usada de forma aleatoria y exclusiva durante varios de los 32 días.
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Ernest-Jones, M., Nettle, D., & Bateson, M. (2011). Effects of eye images on everyday cooperative behavior: a field experiment Evolution and Human Behavior, 32 (3), 172-178 DOI: 10.1016/j.evolhumbehav.2010.10.006
domingo, 15 de mayo de 2011
La pastilla que podría alejar al inhalador contra el asma
El asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias que afecta a alrededor de 300 millones de personas alrededor del mundo. Entre los síntomas se cuenta la respiración sibilante, falta de aire, tos y opresión en el pecho en respuesta a uno o varios factores desencadenantes, como los alergenos. El asma afecta –en mayor o menor medida- la calidad de vida de los pacientes diagnosticados con la misma. Quien la padece, lo sabe bien. Como muchas otras enfermedades, el asma –así como los diversos tratamientos para su control- es el objeto de numerosos estudios. Sin embargo, los alcances de muchos de estos estudios pueden ser limitados porque en muchos de ellos –los llamados estudios clínicos controlados- los grupos de estudio son homogéneos, por lo que los resultados no necesariamente pueden extrapolarse a un grupo heterogéneo del mundo real. Por ejemplo, en muchos de estos estudios los fumadores son excluidos cuando dichos pacientes pueden constituir alrededor del 25% de aquellos que reciben tratamiento contra el asma. Una alternativa son los llamados estudios pragmáticos que son llevados a cabo en grupos “reales”. Es decir, con grupos más heterogéneos que reflejan con mayor fidelidad la complejidad y la diversidad tanto de los pacientes como de la práctica médica del día a día. Las directrices para tratar enfermedades se basan en estudios clínicos controlados. Para controlar el asma dichos estudios sugieren el uso de un glucocorticoide inhalado. Sin embargo, cerca del 80% de los pacientes tienen problemas para usar los inhaladores ya sea porque tienen efectos colaterales o porque no desean tomar esteroides.
Sin embargo, existen alternativas para el tratamiento del asma como son el LTRA (antagonista del receptor del leucotrieno) y el LABA (agonista de acción prolongada del beta-adrenoreceptor).
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Price D, Musgrave SD, Shepstone L, Hillyer EV, Sims EJ, Gilbert RF, Juniper EF, Ayres JG, Kemp L, Blyth A, Wilson EC, Wolfe S, Freeman D, Mugford HM, Murdoch J, & Harvey I (2011). Leukotriene antagonists as first-line or add-on asthma-controller therapy. The New England journal of medicine, 364 (18), 1695-707 PMID: 21542741
lunes, 9 de mayo de 2011
Lomo de cerdo con chinchayote en salsa de ciruela y chipotle
1/2 kilo de lomo de cerdo partido en cubos pequeños
1 kilo de chinchayote o chayotextle (raíz de chayote)
4 ciruelotas (aproximadamente 3/4 de kilo)
2 ajos
1 cebolla en filetes
sal al gusto
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Se cortan las ciruelas y se licuan con los chiles, la sal y el ajo. |
Se agrega la mezcla a la carne cuando ésta esté doradita y se deja cocinar a fuego lento unos 10 minutos. |
Se corta el chinchayote en cubos pequeños y se agrega. Se tapa la cazuela y se deja cocinar a fuego lento otros 20 minutos. |
Fotografías de Guillermina.
jueves, 5 de mayo de 2011
Cannabidiol: el secreto para hablar en público sin problemas
Actualmente, el tratamiento de muchos desórdenes psicológicos es problemático debido a que no existen medicinas adecuadas para ello, ya sea porque encontrar la dosis es difícil o porque las sustancias que se utilizan tienen efectos secundarios casi tan indeseables como los problemas ocasionados por el desorden mismo. Por lo tanto, la investigación psicofarmacológica sigue siendo un área que recibe mucha atención. Uno de los desórdenes cuyo tratamiento ha sido complicado es el Desorden de Ansiedad Social o SAD, por sus siglas en inglés. Dicho desorden en uno de los más comunes dentro del espectro de condiciones relacionadas con la ansiedad. Esta condición impide la adaptación adecuada de las personas que lo padecen en situaciones sociales cotidianas. A largo plazo y de no recibir el tratamiento adecuado ocasiona disfunciones importantes, discapacidad y pérdida de productividad. Las medicinas disponibles en la actualidad para tratar el SAD controlan el trastorno de forma bastante pobre –solo alrededor del 30% de los pacientes logran cierta recuperación sin sufrir síntomas secundarios por su consumo. Algunos pacientes con dicha condición son más propicios a “automedicarse” el uso de marihuana (Cannabis sativa) para disminuir los efectos de los eventos de ansiedad.
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Bergamaschi, M., Queiroz, R., Chagas, M., de Oliveira, D., De Martinis, B., Kapczinski, F., Quevedo, J., Roesler, R., Schröder, N., Nardi, A., Martín-Santos, R., Hallak, J., Zuardi, A., & Crippa, J. (2011). Cannabidiol Reduces the Anxiety Induced by Simulated Public Speaking in Treatment-Naïve Social Phobia Patients Neuropsychopharmacology, 36 (6), 1219-1226 DOI: 10.1038/npp.2011.6
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