lunes, 31 de octubre de 2011
martes, 25 de octubre de 2011
Competencia infantil en Colombia y Suecia
El hecho de que los hombres ocupen puestos más altos que las mujeres en la mayoría de los sectores en numerosas sociedades podría deberse a diferencias intrínsecas entre sexos. Es decir, los hombres podrían estar más inclinados a competir que las mujeres. Otra explicación es – por supuesto- la inequidad de género presente en muchas sociedades. Para abordar lo anterior, Juan-Camilo Cárdenas, Anna Dreber, Emma von Essen y Eva Ranehill compararon las diferencias en competitividad en niños y niñas de 9 a 12 años en Colombia y Suecia. La comparación entre ambos países es interesante dado que, en un listado internacional de inequidad, Colombia está en el lugar 55 mientras que Suecia está en el lugar 4. Es decir, en Suecia existe una mayor equidad de género. Considerando lo anterior, los autores esperaban que los niños en Colombia fueran más competitivos que las niñas comparado con los niños y niñas en Suecia. En su estudio midieron la competitividad en tareas o pruebas consideradas como típicamente masculinas (correr y pruebas matemáticas) y típicamente femeninas (brincar la cuerda y juegos de búsqueda de palabras). En todos los casos, los niños de ambos sexos primero desarrollaban las pruebas de forma individual y, después, junto con otro niño con el que competían.
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Cárdenas, J., Dreber, A., von Essen, E., & Ranehill, E. (2011). Gender differences in competitiveness and risk taking: Comparing children in Colombia and Sweden Journal of Economic Behavior & Organization DOI: 10.1016/j.jebo.2011.06.008
sábado, 15 de octubre de 2011
Por qué la evolución cultural no es igual a la evolución genética
Una de las corrientes que rondan en las discusiones de evolución cultural desde hace algunos años es la memética, según la cual los memes funcionan como unidades de transmisión de información cultural en una forma similar a la de los genes. Y aunque la cultura esta sujeta a evolución, la memética ha sido víctima del exceso de entusiasmo de algunos de sus proponentes, así como también del entusiasmo de sus críticos. Recientemente, Joseph Henrich, Robert Boyd y Peter J. Richerson –quienes han estado interesados en la evolución cultural desde hace algunos años- publicaron un artículo donde se centran en cinco malentendidos respecto a la evolución cultural. Los autores argumentan que dichos malentendidos son el resultado de una tendencia a pensar de forma categórica. Por ejemplo, la controversia de la memética se ha visto afectada por ideas extremas ya sea cuando se considera que la evolución cultural es análoga a la evolución genética y que, en ese caso, todo debe estar relacionado con la adecuación biológica o bien, que ese no es el caso y que por lo tanto el Darwinismo no sirve de nada. La cuestión principal es que la transmisión cultural involucra procesos psicológicos muy variados. Es decir, una idea, por muy simple que parezca difícilmente será transmitida de forma íntegra principalmente porque cada quien interpreta y transmite la información como puede. La complejidad psicológica involucrada en la transmisión de ideas, sin embargo, tampoco descalifica el papel de la selección natural en dicho proceso. |
Nuestro entendimiento de la evolución cultural y los procesos involucrados en ella se verán sin duda beneficiados por una apertura respecto a las propuestas, así como los alcances y limitaciones de cada una. Esta forma de pensar enriquece no solo el desarrollo de áreas de estudio controversiales –como el de la evolución cultural- si no cualquier área científica. Francamente lo necesitamos, porque como parece que JBS Haldane dijo en algún momento: “La cultura es no solo más rara de lo que nos imaginamos, si no más rara de lo que podemos imaginarnos”
Imagen de H. Zell, tomada de Wikimedia Commons. |
Artículo de referencia:
Henrich, J., Boyd, R., & Richerson, P. (2008). Five Misunderstandings About Cultural Evolution Human Nature, 19 (2), 119-137 DOI: 10.1007/s12110-008-9037-1
lunes, 10 de octubre de 2011
Cerdo en salsa de chipotle y pasitas
¾ kilo de cerdo (su parte favorita) 100 gramos de chipotle 1 taza de pasitas 1 kilo de zanahorias 1 cebolla mediana |
Aceite de oliva y sal
En recipientes separados remoje el chipotle y las pasitas en agua recién hervida durante 20 minutos.
En poquito aceite, fría la cebolla junto con el cerdo hasta que este último esté un poco dorado. Añada sal. |
Agregue la salsa a la carne, así como las zanahorias peladas y rebanadas o su verdura favorita (por aquello del “Coma frutas y verduras”). |
Sirva con arroz y/o prepare unos taquitos.
Fotografías de Guillermina.
miércoles, 5 de octubre de 2011
La risa funciona como analgésico y podría fomentar la cooperación
A pesar de que la risa es un fenómeno universal, su función y significado evolutivo ha sido poco estudiado y, por lo tanto, sigue siendo ambiguo. Se ha sugerido que la risa funciona como señal social ya que a través de ella demostramos interés hacia quien la dirigimos; una explicación de esto podría ser que la risa genera una influencia positiva y, en consecuencia, facilita la interacción. Otra posibilidad es que la risa juega un papel más general en la cohesión de los grupos sociales y que, de alguna manera, esto promueve la pro-socialidad y la cooperación en grupos humanos. |
Las endorfinas son péptidos opioides endógenos que además de funcionar como neurotransmisores tienen un papel importante en la regulación del dolor (en particular la β-endorfina). Sin embargo, comprobar si la risa efectivamente nos hace producir endorfinas es complicado. El problema es que este tipo de sustancias no abandonan el sistema nervioso central, por lo que si quisiéramos tomar una muestrita sería necesario introducir una jeringa alrededor de la columna vertebral del risueño voluntario. En efecto, no sería nada agradable. Así que como Robin y su equipo querían saber si al reírnos liberamos endorfinas le dieron la vuelta al problema y en lugar de usar jeringas midieron la tolerancia al dolor en un grupo de voluntarios. La tolerancia al dolor fue medida en voluntarios en un laboratorio, quienes vieron videos, y voluntarios en una situación “natural”, quienes asistieron a un festival teatral en Edinburgo. En el laboratorio los voluntarios fueron expuestos a videos cómicos o neutrales y en el festival teatral los voluntarios habían visto ya sea una función cómica o una de drama. Tanto en el laboratorio como en el festival teatral, los voluntarios hicieron una prueba de tolerancia al dolor antes y después de ver los videos o de las funciones teatrales. En ambos casos, aquellos sujetos que habían reído tuvieron una mayor tolerancia al dolor. Sin embargo, lo que a Robin y su equipo más le interesa no es precisamente si la risa puede funcionar como un antídoto contra el dolor, sino el papel que la risa ha jugado en la cohesión de grupos sociales y la cooperación. En este sentido es importante distinguir que hay dos tipos de risas: la risa Duchenne y la no Duchenne. La risa Duchenne es involuntaria, emocional, no forzada e involucra la contracción involuntaria del músculo orbicular de los ojos; en otras palabras es la risa que nos hace llorar y con la que nos duele la panza si reímos demasiado. La risa no Duchenne por otro lado, depende mas del contexto y no involucra emociones ni la contracción de los famosos músculos oculares. |
De ambos tipos de risas, parece que la buena es la tipo Duchenne puesto que es socialmente contagiosa y a la que probablemente está restringida la liberación de endorfinas. En ese sentido es interesante notar que otras actividades asociadas con la liberación de endorfinas son el ejercicio físico (como correr y remar) y la presión en la superficie del cuerpo (como el acicalamiento y los masajes).
Por lo tanto, el mecanismo físico que dispara la liberación de endorfinas cuando nos reímos a carcajadas podría ser, precisamente, el trabajo muscular involucrado. En el proceso de la risotada también están involucradas series prolongadas de exhalaciones lo que, a su vez, podría contribuir al agotamiento que experimentamos cuando hemos reído mucho.
Además de su papel facilitador en la conversación, la risa también podría jugar un papel importante en la vinculación afectiva. La risa, tanto en primates como en humanos, prolonga la duración del juego, lo cual podría deberse a la sensación de bienestar que las endorfinas provocan.
Otro aspecto interesante de la risa es que, dentro de un grupo social, puede ocurrir de forma sincronizada y al igual que otras actividades que involucran sincronización (como el remo), contribuye a una disminución de los umbrales de dolor. Es decir, la sincronización podría ser también una pieza clave en la vinculación afectiva y la cohesión social. De hecho, algunos estudios sugieren que la sincronización conductual, en bailes por ejemplo, es suficiente para motivar la cooperación. Lo que sigue entonces, según menciona el equipo de Robin, es averiguar si la risa sincronizada y en grupo efectivamente promueve la cooperación y el altruismo.
Además de todas estas bondades sociales la risa parece producir estados eufóricos como aquellos experimentados en la producción grupal de música, la danza y algunos rituales religiosos; contextos que también parecen contribuir a la producción de endorfinas.
La risa, al igual que otras actividades mencionadas más arriba, parece explotar los mismos mecanismos psicofarmacológicos que el acicalamiento social en los primates no humanos; que también ha sido considerado como un importante mecanismo de cohesión social en estos mamíferos. Por lo que la risa, podría sumarse a otras conductas humanas novedosas que, a lo largo de la evolución humana, han funcionado como “acicalamientos a distancia” contribuyendo a la formación y cohesión de grupos sociales numerosos, según concluye el estudio de Robin y su equipo.
Artículo de referencia:
Dunbar, R., Baron, R., Frangou, A., Pearce, E., van Leeuwen, E., Stow, J., Partridge, G., MacDonald, I., Barra, V., & van Vugt, M. (2011). Social laughter is correlated with an elevated pain threshold Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences DOI: 10.1098/rspb.2011.1373
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