| Muchos mamíferos son capaces de cooperar entre sí,   pero solo los humanos pueden hacerlo a gran escala. Aun en el caos de las   ciudades –y aunque a veces no lo parezca- los humanos estamos cooperando   cuando seguimos las reglas establecidas para, por ejemplo, el tránsito de los   automóviles y peatones en los cruces viales. Sin embargo, esta cooperación no   es de a gratis, para tal efecto hay instituciones coercitivas que permiten la   aplicación de sanciones para aquellos que se rehúsen a cooperar.  Uno de los retos teóricos y prácticos del estudio de   la cooperación viene cuando se quiere explicar la existencia de intercambios cooperativos   a gran escala en ausencia de dichas instituciones. Mas aun, existe la   creencia de que la cooperación humana y sus mecanismos evolucionaron en   pequeños grupos de cazadores o recolectores donde el parentesco y las   interacciones frecuentes entre los individuos hacían que la cooperación   fluyera de forma más natural, digamos.  Sin embargo, hay evidencia de que numerosas   sociedades humanas prehistóricas eran mucho más grandes que aquellas de   cazadores-recolectores o de pastores contemporáneos, donde además no existían   instituciones coercitivas, leyes ni autoridades que reforzaran el   cumplimiento de las normas sociales que permiten el funcionamiento de las   sociedades y su permanencia a largo plazo. Una visión alternativa sugiere que la cooperación   pudo haber evolucionado no necesariamente en un contexto de grupos pequeños,   si no en grupos más grandes donde además el lenguaje común constituía la   fuerza cohesiva que permitió que la cooperación evolucionara en grupos más   grandes que la banda familiar. Por otro lado, algunos modelos recientes sugieren   que los sistemas de castigo informal (no institucionalizado) pueden ser el   toque mágico que se necesita para que la cooperación siga llevándose a cabo   en ausencia del castigo institucionalizado. | 
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| Pastores Turkana. Fotografía de Rainier5 tomada de Wikimedia Commons. | 
| Los Turkana son un grupo etnolingüístico grande donde   los miembros de los numerosos grupos a menudo cooperan para llevar a cabo   incursiones para apoderarse del ganado de otros grupos. Estas incursiones   pueden ser pacíficas (cuando el ganado es silenciosamente robado) o forzadas   con niveles variados de violencia donde los participantes pueden incluso   llegar a perder la vida. Los grupos que llevan a cabo las incursiones pueden   estar compuestos por varios cientos de guerreros, pero entre los Turkana no   existe una autoridad militar o política centralizada. Los ancianos tienen el   privilegio de la toma de decisiones y son quienes se encargan de arbitrar las   disputas; sin tener por ello una embestidura coercitiva. Los participantes pueden negarse diplomáticamente antes   de la incursión, pero para ello necesitan buenas razones. Algunos   participantes pueden verse tentados a disfrutar de los beneficios de las incursiones   (su parte del ganado obtenido) sin tener que pagar el costo (heridas o la   muerte), por lo que podrían quedarse en la periferia o atrás del grupo en incursión   y no cooperar en la obtención directa del botín. Las deserciones ocurren en   el 43% de las incursiones forzadas. | 
Los oportunistas no pasan inadvertidos y los desertores son sancionados en el 67% de las incursiones donde la cobardía haya sido observada. El castigo puede involucrar sanciones verbales (carrilla pura y directa) y castigo corporal. Es posible que haya una tendencia a que el castigo a la cobardía en las incursiones pacificas sea verbal mientras que haya un mayor porcentaje de castigo físico para los desertores de incursiones forzadas. Aunque seria interesante saber lo anterior, el estudio de Sarah y Robert, no arrojó información detallada al respecto.
| Al parecer, es entonces el castigo informal el que   mantiene la cooperación a gran escala entre los Turkana. También, su estudio   sugiere que las normas informales que rigen las incursiones de los Turkana   benefician al grupo etnolingüístico completo (mas o menos medio millón de   personas). Según sus resultados el castigo pudo haber sido un elemento importante   en la evolución de la cooperación, particularmente entre grupos numerosos con   una lengua común.  Además del idioma, otros elementos pudieron haber   contribuido a la cohesión social y por tanto, a la cooperación. Según un   modelo desarrollado por Carlos   P Roca y Dirk Helbing   cuando la codicia es moderada la cohesión social se ve favorecida. Esto tal   vez tenga mucho sentido en sociedades como los Turkana donde los individuos   obtienen beneficios indudables (en la forma de ganado) como resultado de sus   incursiones pero donde un exceso de codicia podría poner al grupo y la   frecuencia de los intercambios cooperativos en riesgo. La forma en la que los   numerosos estudios y modelos sobre la cooperación humana se relacionan entre   sí (si es el caso) es sin duda uno de los retos dentro del área. El estudio de Sarah y Robert es una aproximación   interesante a la comprensión de la cooperación humana en grupos humanos grandes   sin leyes ni justicia formal. Quedan algunos cabos sueltos que podrán ser   atados en estudios posteriores. Por ejemplo, además del castigo debe haber   incentivos positivos para la cooperación. Los guerreros valientes y exitosos   deben ser premiados por la sociedad Turkana de alguna manera.  Aunque los estudios en sociedades de pastores nómadas contemporáneos   pueden darnos indicios respecto a la forma en la que funcionaron sociedades   similares en la historia evolutiva humana, la aportación es necesariamente   limitada. Mientras más nos queramos remontar en el pasado –y por tanto en los   orígenes humanos- es más probable que muchos aspectos hayan sido muy   diferentes en formas que tal vez ni siquiera podemos imaginarnos con   claridad. Con este riesgo en mente, los estudios cuantitativos y los modelos   matemáticos son todos bienvenidos para entender como es que llegamos a ser   una especie tan cooperadora.  
 
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Mathew, S., & Boyd, R. (2011). Punishment sustains large-scale cooperation in prestate warfare Proceedings of the National Academy of Sciences, 108 (28), 11375-11380 DOI: 10.1073/pnas.1105604108
Roca, C., & Helbing, D. (2011). Emergence of social cohesion in a model society of greedy, mobile individuals Proceedings of the National Academy of Sciences, 108 (28), 11370-11374 DOI: 10.1073/pnas.1101044108

 
 

 
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