Ciencia con espiral de limón

Science with a (lemon) twist
BLOG EN RECESO TEMPORAL

lunes, 31 de octubre de 2011

Frijoles blancos con nopales y salsa de chile guajillo


¼ de kilo de frijoles blancos
¼ de kilo de nopales
4 chiles guajillos
250 ml de puré de jitomate
1 cebolla mediana
1 cucharadita de polvo de hoja de aguacate
Aceite de oliva y sal
Rebane y fría la cebolla en tantito aceite y agregue los frijoles blancos previamente cocidos. Agregue tantita sal.

Remoje los chiles guajillos durante 20 minutos en agua recién hervida.
Licue los chiles junto con el puré de tomate y el polvo de hoja de aguacate. Cuele y agregue a la cebolla y los frijoles. Agregue otro poquito de sal.

 
Aparte rebane y cueza los nopales.
Agregue los nopales a los frijoles con cebolla y la salsa.
Deje cocinar/sazonar durante unos 10 minutos a fuego lento. Apague, sirva y disfrute.
Fotografías de Guillermina.

martes, 25 de octubre de 2011

Competencia infantil en Colombia y Suecia


El hecho de que los hombres ocupen puestos más altos que las mujeres en la mayoría de los sectores en numerosas sociedades podría deberse a diferencias intrínsecas entre sexos. Es decir, los hombres podrían estar más inclinados a competir que las mujeres. Otra explicación es – por supuesto- la inequidad de género presente en muchas sociedades.
Para abordar lo anterior, Juan-Camilo Cárdenas, Anna Dreber, Emma von Essen y Eva Ranehill compararon las diferencias en competitividad en niños y niñas de 9 a 12 años en Colombia y Suecia. La comparación entre ambos países es interesante dado que, en un listado internacional de inequidad, Colombia está en el lugar 55 mientras que Suecia está en el lugar 4. Es decir, en Suecia existe una mayor equidad de género. Considerando lo anterior, los autores esperaban que los niños en Colombia fueran más competitivos que las niñas comparado con los niños y niñas en Suecia.
En su estudio midieron la competitividad en tareas o pruebas consideradas como típicamente masculinas (correr y pruebas matemáticas) y típicamente femeninas (brincar la cuerda y juegos de búsqueda de palabras). En todos los casos, los niños de ambos sexos primero desarrollaban las pruebas de forma individual y, después, junto con otro niño con el que competían.
Sin excepción, tanto niños como niñas de ambos países reaccionaron a la competencia mejorando su desempeño en presencia de un competidor o competidora. Los niños corrieron mas rápido que las niñas, pero éstas últimas saltaron mejor la cuerda que los primeros. Niños y niñas fueron igualmente competidores en la prueba de carrera en ambos países, pero las niñas suecas compitieron más que los niños suecos al saltar la cuerda.
En las pruebas matemáticas hubo diferencias entre sexos en Suecia pero no en Colombia. En Suecia los niños fueron mejores que las niñas en dichas pruebas. En general, los niños y niñas en Colombia fueron igualmente competitivos en todas las pruebas, mientras que en Suecia las niñas fueron más competitivas que los niños en algunas pruebas.
Es notorio que en ambos países los niños consideran más importante que las niñas la competencia, pero en Colombia tanto niños como niñas consideran que es más importante competir con un niño que con una niña. En Suecia en cambio, son las niñas las que consideran más importante competir con un niño que con una niña.
Es interesante que no encontraran diferencias entre la tendencia a competir entre sexos y que, por otro lado, las diferencias entre sexos por país se encontraran en el país con mayor equidad de género. Por lo tanto, es posible que el país de origen de los infantes no sea un buen indicador de las diferencias encontradas o bien, que la competitividad se vea afectada de otra manera por normas sociales no consideradas en este estudio.

Artículo de referencia:



ResearchBlogging.org
Cárdenas, J., Dreber, A., von Essen, E., & Ranehill, E. (2011). Gender differences in competitiveness and risk taking: Comparing children in Colombia and Sweden Journal of Economic Behavior & Organization DOI: 10.1016/j.jebo.2011.06.008

sábado, 15 de octubre de 2011

Por qué la evolución cultural no es igual a la evolución genética

Una de las corrientes que rondan en las discusiones de evolución cultural desde hace algunos años es la memética, según la cual los memes funcionan como unidades de transmisión de información cultural en una forma similar a la de los genes. Y aunque la cultura esta sujeta a evolución, la memética ha sido víctima del exceso de entusiasmo de algunos de sus proponentes, así como también del entusiasmo de sus críticos.
Recientemente, Joseph Henrich, Robert Boyd y Peter J. Richerson –quienes han estado interesados en la evolución cultural desde hace algunos años- publicaron un artículo donde se centran en cinco malentendidos respecto a la evolución cultural.
Los autores argumentan que dichos malentendidos son el resultado de una tendencia a pensar de forma categórica. Por ejemplo, la controversia de la memética se ha visto afectada por ideas extremas ya sea cuando se considera que la evolución cultural es análoga a la evolución genética y que, en ese caso, todo debe estar relacionado con la adecuación biológica o bien, que ese no es el caso y que por lo tanto el Darwinismo no sirve de nada.
La cuestión principal es que la transmisión cultural involucra procesos psicológicos muy variados. Es decir, una idea, por muy simple que parezca difícilmente será transmitida de forma íntegra principalmente porque cada quien interpreta y transmite la información como puede. La complejidad psicológica involucrada en la transmisión de ideas, sin embargo, tampoco descalifica el papel de la selección natural en dicho proceso.
Nuestro entendimiento de la evolución cultural y los procesos involucrados en ella se verán sin duda beneficiados por una apertura respecto a las propuestas, así como los alcances y limitaciones de cada una. Esta forma de pensar enriquece no solo el desarrollo de áreas de estudio controversiales –como el de la evolución cultural- si no cualquier área científica. Francamente lo necesitamos, porque como parece que JBS Haldane dijo en algún momento: “La cultura es no solo más rara de lo que nos imaginamos, si no más rara de lo que podemos imaginarnos”
Imagen de H. Zell, tomada de Wikimedia Commons.
Artículo de referencia:
ResearchBlogging.org
Henrich, J., Boyd, R., & Richerson, P. (2008). Five Misunderstandings About Cultural Evolution Human Nature, 19 (2), 119-137 DOI: 10.1007/s12110-008-9037-1

lunes, 10 de octubre de 2011

Cerdo en salsa de chipotle y pasitas


¾ kilo de cerdo (su parte favorita)
100 gramos de chipotle
1 taza de pasitas
1 kilo de zanahorias
1 cebolla mediana
 




Aceite de oliva y sal

 
En recipientes separados remoje el chipotle y las pasitas en agua recién hervida durante 20 minutos.
En poquito aceite, fría la cebolla junto con el cerdo hasta que este último esté un poco dorado. Añada sal.
 Aparte licue el chipotle, cuele y agregue las pasitas y la cebolla que se frió con la carne. Licue todo otra vez.
Agregue la salsa a la carne, así como las zanahorias peladas y rebanadas o su verdura favorita (por aquello del “Coma frutas y verduras”).
 
Sirva con arroz y/o prepare unos taquitos.
Fotografías de Guillermina.

miércoles, 5 de octubre de 2011

La risa funciona como analgésico y podría fomentar la cooperación


A pesar de que la risa es un fenómeno universal, su función y significado evolutivo ha sido poco estudiado y, por lo tanto, sigue siendo ambiguo. Se ha sugerido que la risa funciona como señal social ya que a través de ella demostramos interés hacia quien la dirigimos; una explicación de esto podría ser que la risa genera una influencia positiva y, en consecuencia, facilita la interacción. Otra posibilidad es que la risa juega un papel más general en la cohesión de los grupos sociales y que, de alguna manera, esto promueve la pro-socialidad y la cooperación en grupos humanos.
Pero cómo exactamente es que la risa produce una influencia positiva. Bueno, se ha visto que los pacientes a los que se les permite ver videos de comedias necesitan menos analgésicos. Es decir, la risa podría tener propiedades analgésicas. Sin embargo, en los estudios que sugieren lo anterior no se midió la risa adecuadamente. Según indican Robin Dunbar y otros nueve colaboradores en un estudio reciente, el efecto analgésico podríamos debérselo a la producción de endorfinas que la risa genera. 
 
Las endorfinas son péptidos opioides endógenos que además de funcionar como neurotransmisores tienen un papel importante en la regulación del dolor (en particular la β-endorfina). Sin embargo, comprobar si la risa efectivamente nos hace producir endorfinas es complicado. El problema es que este tipo de sustancias no abandonan el sistema nervioso central, por lo que si quisiéramos tomar una muestrita sería necesario introducir una jeringa alrededor de la columna vertebral del risueño voluntario. En efecto, no sería nada agradable.
Así que como Robin y su equipo querían saber si al reírnos liberamos endorfinas le dieron la vuelta al problema y en lugar de usar jeringas midieron la tolerancia al dolor en un grupo de voluntarios. La tolerancia al dolor fue medida en voluntarios en un laboratorio, quienes vieron videos, y voluntarios en una situación “natural”, quienes asistieron a un festival teatral en Edinburgo. En el laboratorio los voluntarios fueron expuestos a videos cómicos o neutrales y en el festival teatral los voluntarios habían visto ya sea una función cómica o una de drama.
Tanto en el laboratorio como en el festival teatral, los voluntarios hicieron una prueba de tolerancia al dolor antes y después de ver los videos o de las funciones teatrales. En ambos casos, aquellos sujetos que habían reído tuvieron una mayor tolerancia al dolor.
Sin embargo, lo que a Robin y su equipo más le interesa no es precisamente si la risa puede funcionar como un antídoto contra el dolor, sino el papel que la risa ha jugado en la cohesión de grupos sociales y la cooperación. En este sentido es importante distinguir que hay dos tipos de risas: la risa Duchenne y la no Duchenne.
La risa Duchenne es involuntaria, emocional, no forzada e involucra la contracción involuntaria del músculo orbicular de los ojos; en otras palabras es la risa que nos hace llorar y con la que nos duele la panza si reímos demasiado. La risa no Duchenne por otro lado, depende mas del contexto y no involucra emociones ni la contracción de los famosos músculos oculares.
De ambos tipos de risas, parece que la buena es la tipo Duchenne puesto que es socialmente contagiosa y a la que probablemente está restringida la liberación de endorfinas. En ese sentido es interesante notar que otras actividades asociadas con la liberación de endorfinas son el ejercicio físico (como correr y remar) y la presión en la superficie del cuerpo (como el acicalamiento y los masajes).
Por lo tanto, el mecanismo físico que dispara la liberación de endorfinas cuando nos reímos a carcajadas podría ser, precisamente, el trabajo muscular involucrado. En el proceso de la risotada también están involucradas series prolongadas de exhalaciones lo que, a su vez, podría contribuir al agotamiento que experimentamos cuando hemos reído mucho.
Además de su papel facilitador en la conversación, la risa también podría jugar un papel importante en la vinculación afectiva. La risa, tanto en primates como en humanos, prolonga la duración del juego, lo cual podría deberse a la sensación de bienestar que las endorfinas provocan.
Otro aspecto interesante de la risa es que, dentro de un grupo social, puede ocurrir de forma sincronizada y al igual que otras actividades que involucran sincronización (como el remo), contribuye a una disminución de los umbrales de dolor. Es decir, la sincronización podría ser también una pieza clave en la vinculación afectiva y la cohesión social. De hecho, algunos estudios sugieren que la sincronización conductual, en bailes por ejemplo, es suficiente para motivar la cooperación. Lo que sigue entonces, según menciona el equipo de Robin, es averiguar si la risa sincronizada y en grupo efectivamente promueve la cooperación y el altruismo.
Además de todas estas bondades sociales la risa parece producir estados eufóricos como aquellos experimentados en la producción grupal de música, la danza y algunos rituales religiosos; contextos que también parecen contribuir a la producción de endorfinas.
La risa, al igual que otras actividades mencionadas más arriba, parece explotar los mismos mecanismos psicofarmacológicos que el acicalamiento social en los primates no humanos; que también ha sido considerado como un importante mecanismo de cohesión social en estos mamíferos. Por lo que la risa, podría sumarse a otras conductas humanas novedosas que, a lo largo de la evolución humana, han funcionado como “acicalamientos a distancia” contribuyendo a la formación y cohesión de grupos sociales numerosos, según concluye el estudio de Robin y su equipo.
Artículo de referencia:
ResearchBlogging.org
Dunbar, R., Baron, R., Frangou, A., Pearce, E., van Leeuwen, E., Stow, J., Partridge, G., MacDonald, I., Barra, V., & van Vugt, M. (2011). Social laughter is correlated with an elevated pain threshold Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences DOI: 10.1098/rspb.2011.1373