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BLOG EN RECESO TEMPORAL

miércoles, 5 de octubre de 2011

La risa funciona como analgésico y podría fomentar la cooperación


A pesar de que la risa es un fenómeno universal, su función y significado evolutivo ha sido poco estudiado y, por lo tanto, sigue siendo ambiguo. Se ha sugerido que la risa funciona como señal social ya que a través de ella demostramos interés hacia quien la dirigimos; una explicación de esto podría ser que la risa genera una influencia positiva y, en consecuencia, facilita la interacción. Otra posibilidad es que la risa juega un papel más general en la cohesión de los grupos sociales y que, de alguna manera, esto promueve la pro-socialidad y la cooperación en grupos humanos.
Pero cómo exactamente es que la risa produce una influencia positiva. Bueno, se ha visto que los pacientes a los que se les permite ver videos de comedias necesitan menos analgésicos. Es decir, la risa podría tener propiedades analgésicas. Sin embargo, en los estudios que sugieren lo anterior no se midió la risa adecuadamente. Según indican Robin Dunbar y otros nueve colaboradores en un estudio reciente, el efecto analgésico podríamos debérselo a la producción de endorfinas que la risa genera. 
 
Las endorfinas son péptidos opioides endógenos que además de funcionar como neurotransmisores tienen un papel importante en la regulación del dolor (en particular la β-endorfina). Sin embargo, comprobar si la risa efectivamente nos hace producir endorfinas es complicado. El problema es que este tipo de sustancias no abandonan el sistema nervioso central, por lo que si quisiéramos tomar una muestrita sería necesario introducir una jeringa alrededor de la columna vertebral del risueño voluntario. En efecto, no sería nada agradable.
Así que como Robin y su equipo querían saber si al reírnos liberamos endorfinas le dieron la vuelta al problema y en lugar de usar jeringas midieron la tolerancia al dolor en un grupo de voluntarios. La tolerancia al dolor fue medida en voluntarios en un laboratorio, quienes vieron videos, y voluntarios en una situación “natural”, quienes asistieron a un festival teatral en Edinburgo. En el laboratorio los voluntarios fueron expuestos a videos cómicos o neutrales y en el festival teatral los voluntarios habían visto ya sea una función cómica o una de drama.
Tanto en el laboratorio como en el festival teatral, los voluntarios hicieron una prueba de tolerancia al dolor antes y después de ver los videos o de las funciones teatrales. En ambos casos, aquellos sujetos que habían reído tuvieron una mayor tolerancia al dolor.
Sin embargo, lo que a Robin y su equipo más le interesa no es precisamente si la risa puede funcionar como un antídoto contra el dolor, sino el papel que la risa ha jugado en la cohesión de grupos sociales y la cooperación. En este sentido es importante distinguir que hay dos tipos de risas: la risa Duchenne y la no Duchenne.
La risa Duchenne es involuntaria, emocional, no forzada e involucra la contracción involuntaria del músculo orbicular de los ojos; en otras palabras es la risa que nos hace llorar y con la que nos duele la panza si reímos demasiado. La risa no Duchenne por otro lado, depende mas del contexto y no involucra emociones ni la contracción de los famosos músculos oculares.
De ambos tipos de risas, parece que la buena es la tipo Duchenne puesto que es socialmente contagiosa y a la que probablemente está restringida la liberación de endorfinas. En ese sentido es interesante notar que otras actividades asociadas con la liberación de endorfinas son el ejercicio físico (como correr y remar) y la presión en la superficie del cuerpo (como el acicalamiento y los masajes).
Por lo tanto, el mecanismo físico que dispara la liberación de endorfinas cuando nos reímos a carcajadas podría ser, precisamente, el trabajo muscular involucrado. En el proceso de la risotada también están involucradas series prolongadas de exhalaciones lo que, a su vez, podría contribuir al agotamiento que experimentamos cuando hemos reído mucho.
Además de su papel facilitador en la conversación, la risa también podría jugar un papel importante en la vinculación afectiva. La risa, tanto en primates como en humanos, prolonga la duración del juego, lo cual podría deberse a la sensación de bienestar que las endorfinas provocan.
Otro aspecto interesante de la risa es que, dentro de un grupo social, puede ocurrir de forma sincronizada y al igual que otras actividades que involucran sincronización (como el remo), contribuye a una disminución de los umbrales de dolor. Es decir, la sincronización podría ser también una pieza clave en la vinculación afectiva y la cohesión social. De hecho, algunos estudios sugieren que la sincronización conductual, en bailes por ejemplo, es suficiente para motivar la cooperación. Lo que sigue entonces, según menciona el equipo de Robin, es averiguar si la risa sincronizada y en grupo efectivamente promueve la cooperación y el altruismo.
Además de todas estas bondades sociales la risa parece producir estados eufóricos como aquellos experimentados en la producción grupal de música, la danza y algunos rituales religiosos; contextos que también parecen contribuir a la producción de endorfinas.
La risa, al igual que otras actividades mencionadas más arriba, parece explotar los mismos mecanismos psicofarmacológicos que el acicalamiento social en los primates no humanos; que también ha sido considerado como un importante mecanismo de cohesión social en estos mamíferos. Por lo que la risa, podría sumarse a otras conductas humanas novedosas que, a lo largo de la evolución humana, han funcionado como “acicalamientos a distancia” contribuyendo a la formación y cohesión de grupos sociales numerosos, según concluye el estudio de Robin y su equipo.
Artículo de referencia:
ResearchBlogging.org
Dunbar, R., Baron, R., Frangou, A., Pearce, E., van Leeuwen, E., Stow, J., Partridge, G., MacDonald, I., Barra, V., & van Vugt, M. (2011). Social laughter is correlated with an elevated pain threshold Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences DOI: 10.1098/rspb.2011.1373

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