Ciencia con espiral de limón

Science with a (lemon) twist
BLOG EN RECESO TEMPORAL

sábado, 25 de febrero de 2012

Sexys sin saberlo

La coloración iridiscente se debe al acomodo de una o varias diminutas estructuras con diferentes índices de refracción. En el reino animal, la iridiscencia hace que los bichos tengan una coloración cambiante dependiendo del ángulo de luz. Dicha coloración ha sido reportada en aves y artrópodos, y muy pocas veces en mamíferos. Una de las hipótesis mas socorridas para tratar de explicar este tipo de coloración es la selección sexual. Es decir, las coloraciones brillantes y atractivas pudieron haber sido seleccionadas para atraer parejas sexuales potenciales.
Sin embargo, el hecho de que los topos dorados pertenecientes a la familia Chrysochloridae tengan un pelaje iridiscente es de llamar la atención: estos subterráneos animalitos son ciegos. Como quien dice, estos topos no solo deambulan en la obscuridad con un hermoso y atractivo pelaje, sino que aun en el caso en el que la luz los iluminara ellos no notarían los cambiantes y sexys destellos de otros congéneres.
Debido a esta paradoja de la naturaleza, un grupo de investigadores liderados por Holly K Snyder decidieron examinar las bases físicas de tan coqueta coloración. En su estudio fueron aplicadas toda una variedad de técnicas para analizar el pelaje de 4 especies de topos dorados (Amblysomus hottentotus, Amblysomus septentrionals, Chrysochloris asiatica y Eremitalpa granti). Por ejemplo, midieron la reflectividad, examinaron con un microscopio electrónico de barrido la morfología externa, utilizaron microscopía electrónica para examinar la ultraestructura del pelaje y utilizaron un modelaje óptico para identificar las bases físicas de la producción de colores iridiscentes. 
Eremitalpa granti. Imagen de Pfinge tomada de Wikimedia Commons.
Los autores encontraron que la iridiscencia de estos topos se debe a la estructura aplanada que permite reflejar mejor la luz, a las escamas comprimidas que proporcionan una superficie con mayor reflectancia y a las capas claras y obscuras de la cutícula capilar que fungen como reflectores superpuestos.
El estudio de Holly y su equipo es el primero en reportar la ultraestructura de un pelaje de mamífero y dar una explicación a la coloración iridiscente del grupo en cuestión.
Los autores concluyen que, considerando su ceguera, es muy poco probable que el pelaje de estos topos haya evolucionado a través de selección sexual; y considerando el ambiente en el que se desenvuelven es también poco probable que funja como camuflaje.
Sin embargo, es posible que un mayor número de escamas capilares impidan que los pelos de estos animales se rompan debido a la fricción constante que experimentan en sus túneles subterráneos. Adicionalmente, es posible que la estructura observada permita a los topos moverse con mayor agilidad entre la arena y la tierra. Es decir, el pelaje podría tener una función mecánica, no reproductiva, y por lo tanto la atractiva iridiscencia de los topos dorados podría ser simplemente una consecuencia azarosa de lo primero.
La función mecánica del pelaje de los topos dorados debe aun ser corroborada con estudios y experimentos al respecto. Por lo pronto, los topos dorados nos han demostrado que se puede ser sexy sin saberlo.
Artículo de referencia:

ResearchBlogging.org
Snyder, H., Maia, R., D'Alba, L., Shultz, A., Rowe, K., Rowe, K., & Shawkey, M. (2012). Iridescent colour production in hairs of blind golden moles (Chrysochloridae) Biology Letters DOI: 10.1098/rsbl.2011.1168

jueves, 23 de febrero de 2012

Estofado de res, berenjena, apio y ciruela pasa

Fotografia de Guillermina.

Se corta la cebolla en gajos finos y el apio en rebanadas pequeñas y se fríen en poco aceite. Se agrega sal y la carne en trozos pequeños hasta que tanto la cebolla como la carne estén ligeramente doradas. Se añade el puré de tomate y se baja el fuego lo más bajo posible. Se cuece por 10 minutos. Se añade la berenjena en trozos y se cuece por una media hora a fuego muy bajo y con la tapa de la cazuela puesta. Se corta la ciruela pasa sin semilla en cuartos y se añade al guiso justo antes de apagar. Revuelva, espere 5 minutos y sirva.

miércoles, 15 de febrero de 2012

En inglés la vida es más sabrosa

El lenguaje es un instrumento de comunicación social que ha evolucionado de forma paralela a otros rasgos que nos hacen únicos. Es muy probable que mientras el lenguaje se modificaba poco a poco hasta su estructura actual, también evolucionaba nuestra tendencia a cooperar y nuestra capacidad de atribuir estados mentales a otros humanos.
De acuerdo con lo anterior, algunos investigadores se han preguntado hasta qué punto el lenguaje refleja la tendencia social que nos caracteriza, ya sea por la frecuencia de uso de algunas palabras o por el carácter positivo de las mismas. Los estudios llevados a cabo al respecto tienden a contradecirse entre sí: algunos muestran una tendencia al uso de palabras positivas y otros sugieren que la mayoría de las palabras que usamos tienen una connotación negativa.
En un estudio reciente se analizó la frecuencia de uso de palabras en muestras de tamaños comparables provenientes de Twitter, el New York Times, el Proyecto de Libros de Google y una serie de letras de canciones. Después, un grupo de voluntarios asignaron a las cinco mil palabras más frecuentes de cada fuente una calificación de acuerdo con el grado de “felicidad” que cada palabra les inspiraba (nada feliz, neutro y feliz). 
Imágenes tomadas de Wikimedia Commons. Varios autores (1, 2, 3 y 4).
Según sus resultados las palabras positivas fueron más frecuentes en las cuatro fuentes consideradas y, a pesar de que algunas palabras frecuentes eran comunes a todas ellas, algunas eran exclusivas de una de las fuentes (por ejemplo, “arcoiris” y “besos” para las letras de canciones).
Como era de esperarse, al analizar el nivel de “felicidad” algunas fuentes eran digamos “más estables emocionalmente”; tal fue el caso de las palabras frecuentes provenientes del New York Times y del Proyecto de Libros de Google. (Lo cual demuestra que no por nada tienen un cuerpo editorial).
Por otro lado, el hallazgo de una tendencia optimista en el uso de palabras en el idioma inglés no contradice la sugerencia de que las emociones negativas pueden no reflejarse en un estudio que considere la frecuencia de palabras, debido a que dichas emociones podrían fomentar el uso de palabras aisladas más potentes y variadas. En otras palabras, las emociones negativas podrían volvernos más creativos en el uso del lenguaje. Comprobar esto, sin embargo, requeriría de un estudio adicional.
De acuerdo con el sesgo optimista encontrado, los autores sugieren que el lenguaje podría caracterizarse, desde un punto universal, por su aspecto prosocial. En aras de la cooperación, el lenguaje podría tener una carga preferentemente amable u optimista. Esto puede verificarse llevando a cabo estudios similares en otros idiomas y dialectos donde, como en el estudio aquí comentado, se consideren diversas fuentes. En resumen, la sugerencia de que solo en inglés la vida sea más sabrosa, todavía está por verse.
Artículo de referencia:

ResearchBlogging.org
Kloumann, I., Danforth, C., Harris, K., Bliss, C., & Dodds, P. (2012). Positivity of the English Language PLoS ONE, 7 (1) DOI: 10.1371/journal.pone.0029484

domingo, 5 de febrero de 2012

Sutterella, autismo y el enigma de nuestra relación con los parásitos


La variedad de microorganismos que pueden ser nuestros huéspedes es tan grande que, hace relativamente pocos años, se arrancó el Proyecto del Microbioma Humano. Este proyecto intenta entender quiénes y cómo viven en nuestro cuerpo y cuál es la influencia de su presencia en nuestra salud. Muchas son las especies que se han caracterizado no solo dentro de este proyecto si no en la investigación microbiológica en general. Sin embargo, aun hay mucho por saber.
Por ejemplo, los trastornos gastrointestinales que sufren las personas con desórdenes del espectro del autismo han sido relacionados con anormalidades histológicas, inflamación y otros trastornos funcionales. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia encontraron en un primer estudio que los trastornos gastrointestinales observados podrían ser debidos a la presencia de un tipo particular de bacterias: las pertenecientes a la familia Alcaligenaceae.
En un segundo estudio encontraron que, en efecto, en la mitad de las muestras de niños con autismo estudiados se encontró a la bacteria Sutterella. Dicha bacteria, sin embargo, no estuvo presente en niños sin autismo pero con trastornos gastrointestinales comparables. 
Sutterella wadsworthensis. Imagen de. Dr. Kari Lounatmaa tomada de la Science Photo Library.
El hallazgo es interesante por dos razones principales. La primera es que las bacterias del género Sutterella han sido encontradas, en múltiples circunstancias, en muestras fecales humanas y en otros animales. Han sido encontradas en pacientes con apendicitis, peritonitis, abscesos rectales o perirectales, en personas con la enfermedad de Crohn y con colitis ulcerosa. Pero también en pacientes aparentemente saludables. Por lo que el hallazgo en las circunstancias aquí descritas es un punto importante para la caracterización de dicha bacteria.
La segunda razón es que nos ayuda a entender mejor el cuadro de los trastornos gastrointestinales en las personas con autismo y esto, sin duda, será importante para mejorar el diagnóstico y los subsecuentes tratamientos. Se ha visto que muchos niños con autismo tienen problemas gastrointestinales severos que pueden complicar el manejo clínico y contribuir a los problemas conductuales.
Por otro lado, los autores del estudio mencionan que en otro estudio llevado a cabo por ellos encontraron una disminución en la presencia de otros grupos de bacterias del Phylum Bacteroidetes en niños con autismo y trastornos gastrointestinales. Entonces, podría ser que una disminución de este tipo de bacterias modificara la respuesta inmune y la resistencia a la colonización por bacterias nocivas. Es decir, cuando las bacterias de un tipo están ausentes – por la razón que sea- otras bacterias podrían tener cancha libre para colonizar.
Aunque quedan muchas preguntas por responder, ahora tenemos un poco más de información que nos permita entender la forma en que bacterias como Sutterella interactúan con otros miembros de nuestra microfauna y cómo esto influye en nuestra salud.
Artículo de referencia:

ResearchBlogging.org
Williams, B., Hornig, M., Parekh, T., & Lipkin, W. (2012). Application of Novel PCR-Based Methods for Detection, Quantitation, and Phylogenetic Characterization of Sutterella Species in Intestinal Biopsy Samples from Children with Autism and Gastrointestinal Disturbances mBio, 3 (1) DOI: 10.1128/mBio.00261-11