El chocolate, que en términos generales es la mezcla entre azúcar y cacao, es uno de los ingredientes más socorridos en repostería y uno de los dulces con más variedad y seguidores. El placer que el ingrediente provoca a quien lo prueba ha hecho que el chocolate sea un regalo frecuente entre enamorados y fuente de inspiración entre montones de reposteros. Incluso existe una famosa tarta llamada “Muerte por chocolate” que, por supuesto, contiene abundantes cantidades de chocolate en varias capas y formas. |
Imagen de André Karwath tomada de Wikimedia Common. |
Según el estudio de Oscar H Franco y colaboradores, en el que analizaron los resultados conjuntos de otros siete estudios, efectivamente un alto consumo de chocolate estuvo relacionado con una disminución de alrededor del 30% en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e infartos. Sin embargo, aunque algunos medios han lanzado campanas al aire otros han señalado claramente las debilidades del estudio (ver ejemplos aquí, aquí y aquí), incluidos los mismos autores en su artículo. La cuestión es que, como los mismos autores lo señalan en su artículo, el suyo se trata de un estudio observacional. Es decir, el estudio del grupo de Oscar y los otros estudios en los que se basó no estuvieron diseñados para probar causa y efecto. Su estudio demuestra que aquellos sujetos que reportaron un mayor consumo de chocolate tenían menos riesgo de enfermedades cardiometabólicas, pero pudo haber sido que aquellos que mejor reportaron su consumo de chocolate fueron aquellos que tenían mejor salud; y esta es solo una de las variables que pudieron haber confundido los resultados. Es verdad que se ha visto que el flavonol, un ingrediente de los productos de cacao, puede traer beneficios a la salud ya que funciona como antioxidante, antihipertensivo, antiinflamatorio, antiaterogénico, antitrombótico -y tal vez otros “antis” más que aun desconocemos. Pero también es cierto que la mayoría de los productos con chocolate que se encuentran en el mercado tienen un alto contenido de azúcar, grasas y bueno, en algunos casos ni siquiera contienen cacao. En consecuencia, un alto consumo de chocolate podría contribuir al aumento de peso y a un incremento del riesgo de enfermedades cardiometabólicas sin tener ni uno solo de los beneficios del flavonol. |
Por otro lado, aunque se probara que la causa y efecto en realidad existe, la generalización de su estudio sería también limitada puesto que los estudios al respecto han sido llevados a cabo principalmente en Estados Unidos y Europa y, al parecer, algunos grupos humanos pertenecientes a ciertas regiones tienen características metabólicas diferentes a las de otros grupos en otras regiones.
En resumen, mientras no se demuestre que el consumo de chocolate efectivamente es bueno para nuestro corazón o aparezca alguna nueva (y de ser posible deliciosa) panacea universal, tendremos que seguir haciendo por lo menos media hora de ejercicio aeróbico diario y llevar una dieta saludable. Artículo de referencia: |
Buitrago-Lopez, A., Sanderson, J., Johnson, L., Warnakula, S., Wood, A., Di Angelantonio, E., & Franco, O. (2011). Chocolate consumption and cardiometabolic disorders: systematic review and meta-analysis BMJ, 343 (aug26 1) DOI: 10.1136/bmj.d4488